martes, 8 de diciembre de 2009

Banca de parque "cuando tus pies toquen el suelo"






















Banca de parque “cuando tus pies toquen el suelo”
Parque sin banca no es parque, espacio de encuentro, relajo, intimidad, sueño, lectura, etc. Objeto tan común, cotidiano, urbano; hecho de hierro forjado y madera (existen de muchos materiales pero me refiero a la banca de parque clásica), bien usadas por unos y mal tratadas por otros.
Sencillamente la banca de parque reúne todo lo que se refiere al placer de compartir, por ello quiero homenajear la existencia de este mobiliario urbano como objeto útil para el hombre en su cotidianidad, en su convivir y que lo mínimo que debe recibir a cambio es el buen cuidado, y el respeto a este como un objeto de patrimonio sociocultural; cuantas veces nos hemos sentado en una banca de parque a compartir un instante, a consumir un helado, a fumar un cigarrillo, ha hablar con amigos, a leer un texto, a consentir a sus parejas, a ver la gente pasar, a un instante de tranquilidad, piensa en todos los servicios que nos presta, cuidemos las bancas de parque, ha estos mobiliarios urbanos como objetos mas de valor que embellecen y sirven a nuestras comunidades.
La obra homenajea a la banca de parque como objeto aportarte al embellecimiento y al convivir de nuestras ciudades y nuestras gentes. Esta obra nace del mismo compartir con los demás, banca de parque “cuando tus pies toquen el suelo” surge del compartir con mi familia un día de parque, cuando mi futura esposa sentados en una banca hace que nuestro hijo me consulte por la fecha de matrimonio de nosotros sus padres, siendo los 40 cm de altura que separan los pies de nuestro hijo del suelo la fecha propuesta.
La obra se construye pensando en realizar un homenaje, una escultura que representa la banca de parque, buscando la rusticidad que da como resultado trabajar con materiales como fique, hierro y yeso, mostrando el terminado natural que da mezclando estos materiales; la banca de parque como objeto representativo primario y el cuerpo de un niño solo a la mitad (las piernas) como representación secundaria, con la idea que no quite protagonismo y que nos recuerda solamente aquella anécdota en la banca de un parque.