
Observando que las cajas de Joseph Cornell las podemos calificar como auténticos poemas visuales donde hay magia y tal ves sueños representados en estos pequeños espacios interiores siguiendo la técnica del collage y del ensamble, me propuse a construir o a ensamblar un mundo de objetos personales y cotidianos de mi vida y que los puedo tomar como aquello que reciclo con el pasar de los días, que contienen intimidades, momentos o anécdotas del diario vivir; revisando el cajón de mi mesa de noche contemplé el mundo mágico que podría recrear a partir de cada objeto reciclado y unos tal ves ya olvidados, cada uno cuenta experiencias vividas, cada uno marcan realidades propias de mi existencia, a lo mejor como Cornell quiero tratar de contar sueños, pero ya reales.

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